Recomendaciones de ingesta líquida
- A la hora de la comida, beber a pequeños sorbos 1 o 2 vasos de agua durante la ingesta de alimentos, te facilitará la digestión y la absorción de los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo.
- La ingesta de un vaso de agua antes de acostarse facilitará a tus riñones procesar y eliminar las toxinas y desechos del organismo acumulados a lo largo del día, a la regeneración de células y tejidos, y a prevenir derrames cerebrales e infartos.
- No confíes únicamente en la sensación de tener sed para beber. Tener cerca una botella de agua te ofrecerá la garantía de hidratarte de forma adecuada.
Momentos importantes para estar bien hidratados
Durante el estudio
Nuestro cerebro contiene una elevada cantidad de agua (85%) que es necesaria para el correcto funcionamiento cerebral (mejora la circulación sanguínea en las distintas áreas del encéfalo, la osmolaridad plasmática y la transmisión nerviosa), siendo especialmente sensible a los desequilibrios hídricos que pueden afectar a las funciones cognitivas (concentración, atención, aprendizaje, memoria, coordinación visomotriz y velocidad de procesamiento) no sólo en los grupos más vulnerables (niños y ancianos), sino también en los adultos jóvenes.
Al conducir
Durante la conducción es necesario estar alerta y concentrado, por ello es muy importante mantener un nivel adecuado y constante de hidratación, ya que repercute en nuestro rendimiento cognitivo al volante. La conducción durante un largo trayecto y con calor en el vehículo (incluso con aire acondicionado) puede causar pérdida de agua y electrolitos, afectando al estado de alerta. El cansancio y la falta de hidratación aumentan en hasta un 60% la posibilidad de tener un accidente. La ingesta frecuente de bebidas sin alcohol durante un viaje largo en coche puede ayudar a reducir la fatiga de la carretera. Se recomienda hacer una parada para descansar e hidratarse cada 200km o cada 2 horas.
En la práctica de actividad física
La ingesta adecuada de agua mediante bebidas, incluidas las bebidas isotónicas, durante y antes de las actividades deportivas es una medida prioritaria para evitar la deshidratación que se produce durante el ejercicio. Una hidratación adecuada ayuda a mantener lubricados los músculos y las articulaciones y mejora la resistencia de los ligamentos, por lo que hay menos probabilidad de tener calambres y esguinces.
Durante el ejercicio se debe beber regularmente, pero la frecuencia de la ingesta y la cantidad adecuada dependerán de muchos factores como el tipo de ejercicio físico, su intensidad y duración, el clima y las características físicas del individuo (peso, masa muscular, sudoración….).
Cuando se realiza ejercicio durante cortos periodos de tiempo y/o de baja intensidad, la ingesta de agua puede ser la mejor opción. Sin embargo, cuando el ejercicio se realiza durante periodos superiores a 30-40 min, se aconseja la ingesta de bebidas isotónica que ayudan a reducir la sensación de cansancio.
Durante el trabajo
Es importante mantener una adecuado estado de hidratación en tu entorno laboral, sobre todo en ambientes laborales cálidos y con aire seco. Las oficinas con aire acondicionado tienen un ambiente con bajo contenido de agua, lo que da lugar a mayores pérdidas de agua a través de los pulmones y de la piel. La ingesta inadecuada de agua a lo largo de la jornada laboral puede provocar cansancio, dificultades de atención y concentración y perjudicar el rendimiento y la productividad.
Una adecuada hidratación puede ayudar a prevenir accidentes laborales y mejorar el rendimiento y bienestar de los trabajadores.