Por decimotercer año consecutivo, la Facultad de Humanidades de Albacete plantea una exposición sobre las relaciones entre arte y literatura. En esta ocasión, la muestra se propone explorar la atormentada biografía de algunos escritores, literatos, artistas y músicos que supieron o trataron de encontrar en sus producciones artísticas una manera de canalizar y exorcizar sus propios “demonios”. La muestra se puede ver en el edificio Benjamín Palencia del 16 al 30 de junio.
La exposición “Del tormento al éxtasis: arte y literatura como refugio para el alma”, se organiza en seis secciones: La obsesión de la perfección; A la sombra de lo relevante; Las pesadillas de los artistas; El arte de la mente enferma; La muerte como reflejo artístico; y Drogodependencia y alcoholismo en el mundo del arte, ayudando a reflexionar sobre la necesidad de desligar ética y estética, “dos principios que convivieron hasta el siglo XVIII para después proseguir caminos separados. Actualmente, parece que vivimos un retorno de esta identificación entre ética y estética, lo que nos llevaría a plantearnos: ¿se puede disfrutar de la música de un alcohólico o de la pintura de un asesino?”, indican desde la organización.
La muestra está comisariada por el estudiantado de la asignatura de “Museología y Museografía” del Grado de Humanidades y Estudios Sociales (Curso 2024/25): Ana Gallego Sánchez, Marina Girón Candel, Alejandro Iniesta Valverde, José Javier Iniesta Valverde, María Dolores Monteagudo Talavera, Eduardo Mariano Moraga López, Alvaro Ruiz Grao y Rocío Sáez González, dirigidos por los profesores de la asignatura Fernando González, Silvia García Alcázar y Noelia Esparcia Blanco.
En la actividad colabora el Grupo de Investigación de Estudios Interdisciplinares de Literatura y Arte “LyA”, la Facultad de Humanidades de Albacete, la Biblioteca Universitaria de la UCLM y el Vicerrectorado de Cultura, Deporte y Compromiso Social/ UCLM Cultura (Centro de Iniciativas Culturales).
“El arte, tradicionalmente identificado con “lo bello”, no siempre surge, sin embargo, de los episodios más idílicos, sino que, en muchas ocasiones, bebe de los tormentos (angustias, traumas, obsesiones…) por los que atravesaron los diferentes creadores. En unos casos, estos hallaron en el arte un refugio, una suerte de terapia que los llevó al éxito y a la esperanza. En otras ocasiones, por desgracia, los artistas no fueron capaces de encontrar la redención”.
Gabinete de Comunicación UCLM.
Albacete, 23 de mayo de 2025